Descubrir Bélgica en un viaje de fin de semana

Descubrir Brujas de noches en un recuerdo inolvidable
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Creo que el primer artículo de este blog tiene que estar dedicado al país del personaje que lo inspira: Bélgica. Un país pequeño en dimensiones, pero grande en belleza. Tan cómodo en cuestiones de movilidad que es de los pocos países europeos que nos permite descubrirlo en modo básico con un viaje de viernes-domingo. No pretendo ir en profundidad, simplemente dar las claves para un viaje de fin de semana. He estado en infinidad de ocasiones y lo he podido corroborar.

Situémonos. Terminas de trabajar cada viernes a primera hora de la tarde (bendit@ seas) y hasta el lunes a las 9 cierras el chiringuito. Tienes unos ahorros y un fin de semana en mente, y no te apetece ir al pueblo, ni un sábado en Toledo, o quedarte en Madrid y gastarte una pasta en un domingo en La Latina.

¡Bélgica es un plan de fin de semana!

Al grano. Vuelo de ida Madrid-Bruselas el viernes por la tarde. En apenas un par de horas ya estás en la capital de Europa. Ojo, procura volar a Bruselas ‘a secas’ (aeropuerto de Zaventem). Evita si puedes Charleroi (apodado como Bruselas Sur), que sería como volar a Segovia para ir a Madrid (una hora de bus con su correspondiente precio). ¡Salvo que encuentres un chollo, claro!

Unas horas del viernes en Bruselas

La capital de Europa no va a centralizar tu viaje, pero puede ser un magnífico centro de operaciones para los desplazamientos por el país. La planta hotelera es amplia y a buen precio, especialmente los fines de semana cuando se vacía de los miles de funcionarios europeos.

El centro turístico de Bruselas es pequeño en comparación con otras capitales europeas. En apenas un paseo descubrirás los principales hitos de la ciudad. Llegar del aeropuerto (el tren te deja en las estaciones principales), soltar las maletas en un hotel bien situado y unas horas de tour nocturno para recorrer el centro y cenar.

Lo primero, nos dirigimos a la Grande Place, la joya de la ciudad. Una de las plazas más bellas de Europa, y que es Patrimonio de la Humanidad. En su entorno descubriremos las casas gremiales, el ayuntamiento (siglo XV), las Galerías Saint Hubert (Galerie du Roi, Galerie de la Reine), la pintoresca rue des Bouchers (¡no comáis allí!) y el famoso Manneken-Pis.

Grande Place Bruselas
Detalle de la Grande Place de Bruselas

Un poco más arriba, a través de la plaza de España (estatua del Quijote incluida) y de la Estación Central, llegarás a la zona alta del centro de la ciudad, para alcanzar la catedral de San Miguel y Santa Gudula, una joya del gótico grabantino típico del país de los siglos XIII-XV. Y si avanzas un poco más desde la Estación Central, a través de la calle Montagne du Parc, alcanzarás el Barrio Real, con el Parlamento, el parque, el Museo Magritte y el Palacio Real. Vuelve al centro por Mont des Arts, desde donde podrás hacer una buena foto con vistas.

En Bélgica reina la cerveza

Las dos horas pasan y, tras cenar algo (ojo con los restaurantes ‘turísticos’), no puede faltar una (o varias) cervezas en otra joya de la ciudad: Delirium Café. El elefantito rosa de la famosa Delirium Tremens se nos aparece en esta cervecería de récord. Tener 2.004 cervezas disponibles para la venta provocó que les diesen el récord Guinness en el 2004, una marca que ya ha crecido hasta las 3.162 birras. Te las puedes ‘llevar’ todas en un catálogo que venden por unos euros. ¡Consúltalo antes de pedir!

Día hecho y misión cumplida. Paseo por el centro de Bruselas en unas horas del viernes y ¡apenas hemos salido de trabajar!

  • Dos bares: Delirium Café y Au Mort Subite
  • Chocolaterías: Godiva, Neuhaus, Leonidas… clásicas bombonerías belgas
  • Una rareza: el McDonalds belga… ¡Quick!
  • Cómprate un recuerdo en la tienda de Tintín

 

Brujas y Gante es posible en un día

Como hemos marcado Bruselas como centro de operaciones, tendremos el hotel muy cerca de una de las dos estaciones principales de Bruselas (Gare Central y Gare du Midi). El reto es factible: Brujas y Gante en un solo día. Habrá que madrugar un poco.

Gracias a los efectivos ferrocarriles belgas (SNCB en francés, NMBS en flamenco), planificaremos el día para conocer estas dos joyas de Flandes. Están en la misma dirección desde Bruselas lo que supone ganar tiempo.

Hay trenes directos a Brujas desde la Gare Central (hacen parada también en Midi, si estáis allí) y tardan una hora y media aproximadamente. Saliendo en torno a las 8.30, llegáis a Brujas a una buena hora para empezar la visita.

Brujas

Brujas (Brugge en flamenco, Bruges en francés) es la ciudad más bonita de Bélgica y también la más visitada. Su casco histórico medieval es de los mejor conservados del mundo y responde a la riqueza que vivió la ciudad en el siglo XV como el puerto y centro de comercio del norte de la Europa continental. Su decadencia llegó con el colmatamiento del río, hasta que se recuperó para el turismo en los años 90 del pasado siglo.

Con apenas avanzar unos metros desde la estación nos introduciremos en ese ‘pueblo de cuento‘ del que todo el mundo habla. Calles empedradas, casas pequeñas de ladrillo, tejados puntiagudos, arquitectura de colores… Destacaría que es un conjunto perfecto, la belleza no queda relegada a una parte de la villa, si no que es en su totalidad.

¿Qué ver en Brujas?

Sin duda, todos los caminos conducen al Grote Markt, o plaza del Mercado. Al verla entenderás por qué Brujas está considerada de las ciudades más bonitas del mundo. El conjunto de edificios de la plaza es único y está dominado por el Belfort (siglo XII). Cada ciudad del antiguo Flandes está comandada por un campanario civil (Beffroi o Belfort), que simbolizaba la autonomía de la urbe.

Belfort Brujas
El Belfort de Brujas.

Brujas tiene el más conocido de ellos, con un carillón de 47 campanas. Sus 83 metros de altura (y 366 escalones) permiten divisar toda la ciudad y comprender la idea de conjunto uniforme y equilibrado del casco histórico. Escucha cómo suena el himno de Europa desde lo más alto al mediodía. ¡No dejes de subir!

A través de la Breidelstraat alcanzaremos a la otra plaza principal de la ciudad: Burg. Como su nombre indica, allí se ubica el ayuntamiento (Stadhuis), de los siglos XIV y XV, con su espectacular fachada. Adéntrate para ver el impresionante salón gótico. Junto al Burg te llamará la atención el Palacio de Justicia (Brugse Vrije), con sus estatuas doradas, y la Basílica de la Santa Sangre, con sus dos iglesias, una sobre otra.

Dos rincones de Brujas

Sigue recto, cruza el canal y gira a la derecha a través de una plaza interior (con unos restaurantes) hacia la Braambergstraat. Descubrirás uno de los lugares más fotografiados de la ciudad. Una curva del canal rodeada de edificios medievales con el Belfort al fondo y un sauce llorón que cae sobre el agua. Una estampa única, imprescindible de noche.

Si continúas recto por el canal llegarás a otro de esos rincones que se te grabarán en la mente. A través del jardín Arentshof alcanzarás el pequeño puente de Bonifacio, a las espaldas de la majestuosa Iglesia de Nuestra Señora. Párate unos minutos y disfruta de esa sensación de relax y silencio.

Puente de Bonifacio Brujas
Puente de Bonifacio

Por supuesto, Brujas tiene mucho más. Recuerda que intentamos que veas tres ciudades belgas en un fin de semana. Piérdete por sus calles y descubre por ti mismo más rincones. Verás plazas silenciosas, casas inigualables, parques inmaculados, puertas y murallas defensivas e incluso los característicos molinos flamencos. Y si te da tiempo, recorre el canal en barco. ¡Verás lo que otros no pueden ver!

  • Una cerveza: Brugse Zot
  • Compra chocolate en: The Chocolate Line. ¡Te parten tu trozo de un bloque de chocolate!
  • Come mejillones con patatas fritas en: Breydel De Coninc
  • Llévate un producto del tradicional encaje de Brujas

 

Gante

En poco más de media hora de tren, te plantarás en la otra gran ciudad medieval de Bélgica. Gante (Gand en francés, Gent en flamenco) es la cuna del emperador Carlos V (Carlos I de España) y desde que pongas un pie en ella notarás más aire de ciudad que en Brujas. De hecho, es el doble de grande.

Desde la estación, el paseo al centro es algo mayor que en Brujas (una media hora), por lo que te recomiendo que cojas un tranvía. El eje turístico de Gante se concentra en torno al Graslei (Muelle de las Hierbas), un encantador puerto de origen medieval reconvertido en un lugar de arquitectura donde relajarse junto al agua, sentarse, observar y disfrutar de una cerveza. Nueve de cada diez ganteses lo eligen como el lugar más bonito de su ciudad.

Las tres torres de Gante

No hace falta guiarte para darte cuenta de otra de las joyas de Gante. A través del puente de San Miguel descubrirás el conjunto que forman la Catedral de San Bavón, el Belfort y la iglesia de San Nicolás, tres espectaculares ejemplos de arquitectura gótica flamenca. La catedral (de la época de Carlos V) alberga el retablo de la Adoración del Cordero Místico (1432), una de las obras cumbre de los hermanos Van Eyck. Merece la pena admirarlo.

Las tres torres de Gante
Las tres torres de Gante.

Delante de la catedral, la iglesia de San Nicolás constituye uno de los monumentos más antiguos de la ciudad (siglos XIII-XV) y representa un gran ejemplo de la arquitectura de piedra gris de la región. Y entre ambos templos, el Belfort correspondiente (1313), con sus 91 metros que simbolizan el poder de los gremios en la época medieval. Es el más alto del país. Allí habitó Roland, la campana que durante años avisó a los ganteses de invasiones e incendios… hasta que Carlos V la ordenó destruir al reconquistar la ciudad. Hoy el habitante se llama Robert.

Estos tres edificios forman el horizonte medieval de Gante.

Y como en toda ciudad flamenca, símbolo del poder civil y comercial del burgo, no podría faltar otro magnífico ayuntamiento. En este caso, el gótico flamígero se mezcla con el estilo renacentista. Finalmente, cruzando el río Lys, alcanzaremos el Castillo de los Condes de Flandes (Gravensteen). Construido en el año 1180, su gran torre del homenaje nos transmite el poder de antaño.

¿Eres de mamá o de papá? ¿De Brujas o de Gante?

Y el domingo, ¿qué?

¡Todavía nos queda un día flamenco! Si el sábado has regresado a Bruselas para dormir como decíamos, te puedes plantear dos opciones para acabar tu periplo en Bélgica:

  • Seguir en Bruselas hasta la hora de volver al aeropuerto. Puedes darte una vuelta por el barrio europeo (vacío de funcionarios el fin de semana) y conocer las instituciones que nos gobiernan. O pasear por el Parque del Cincuentenario y luego dar el salto en metro hasta el icónico Atomium, un átomo gigante a cuyas partículas puedes subir. O dedicar el día al cómic, Tintín, Lucky Luke, Spirou o Los Pitufos son parte del patrimonio de Bélgica. El Centro Belga del Cómic (CBBD) y los murales que se reparten por la ciudad te harán recordar muchas escenas de tu infancia.
  • Desplazarte a otra ciudad si tu vuelo es a última hora. Otras joyas como Lille, Amberes o Lovaina están a tiro de piedra de la capital belga. ¡Elige una! Por ejemplo, para ir a Lille, el Eurostar que va a Londres y a París te dejará allí en apenas 20 minutos. Una ciudad que merece la pena. Amberes, por su parte, es la capital mundial del diamante. Mientras que la pequeña Lovaina, muy cercana a Bruselas, es la ciudad universitaria por antonomasia y tiene otro ayuntamiento de vértigo.

 

Bonus track

¿Dormir en Brujas? ¡Por supuesto! Hay que hacerlo alguna vez en la vida, para poder disfrutar de la ciudad de noche. Junto a la estación de tren hay un magnífico hotel Ibis Budget muy económico y limpio, perfecto para una noche. El resto, descúbrelo por ti mismo.


Estas son las claves para descubrir lo básico de Bélgica en un fin de semana. Lo demás corre de tu cuenta. Dos vuelos en horarios estratégicos te abrirán la puerta a este plan, completamente realizable y sin tener que ir corriendo.

4 Comentarios
  1. Irene Molero dice

    Qué ganas me han entrado de ir a Bélgica!!

    Llevo años y años queriendo visitar Brujas y Gante, pero ahora también Bruselas! Parece que es precioso (o al menos en fotos) ?
    También me acabas de descubrir que Tintin es belga, yo que pensaba que era francés! ? tantos años estudiando ese idioma y no se entera una de estas cosas ?

    Muy buen post, con info útil y muy completo!

    1. Miguel dice

      ¡Muchas gracias Irene!
      Bélgica está genial para un mini viaje. Es muy fácil moverse y plantear un viaje de 2-3 ciudades en pocos días. Bruselas está bien, pero ojo, nada en comparación con Brujas, Gante o Amberes. Eso sí, la Grande Place es visita obligada.
      Aunque si quieres ver el lado francés de Tintín, vete al castillo de Cheverny, en la ribera del Loira. Ya hablaré de ello en otro post futuro.
      Cuando vayas, te ayudo si quieres!

  2. Álex Serrano dice

    ¡Hola Miguel! Qué chulo este post. Estuve en Bruselas, Gante y Brujas en febrero y me encantó. Me gustó más Gante que Brujas, ofrece mucho más que ver, Korenlei y Graslei son muy top, y coger el barquito en esos canales también es una gran experiencia. Eso sí, Brujas tiene muchísimo encanto.

    Sigue así, Miguel 🙂

    1. Miguel dice

      Lo de Brujas o Gante es como ser de mamá o de papá, lo que está claro es que si ves una no puedes faltar a la otra. Estuve por allí unas 10 veces por unos motivos u otros y nunca te cansas. Yo soy más de Brujas. ??
      ¡Gracias por el comentario!

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