Visitar Ámsterdam es un gran plan, pero siempre quedará incompleto si no hacemos una excursión a los alrededores. Por suerte, hay muchos paisajes y pueblos cerca de Ámsterdam con encanto que merecen la pena.
Una de las excursiones más fáciles, y de las más bonitas, es recorrer el norte de la capital holandesa, donde se esconden varios pueblos muy pintorescos. La Holanda idílica de los molinos, las casas de colores, el agua, los puentes levadizos, las esclusas, el verde y la vida tranquila está allí. El lugar perfecto para completar el viaje, tras la visita al jardín Keukenhof que conocimos en el anterior artículo.
Cinco de esos lugares son indispensables en todo viaje que se precie por el país naranja. Bienvenido a Volendam, Edam, Monnickedam, Marken y Zaanse Schans, cinco lugares mágicos de la conocida comarca de Waterland.
En este post descubrirás...
Viajar al norte de Ámsterdam
No cabe duda que Holanda se presta a experimentar diferentes métodos de transporte. Al tratarse de un país plano y atravesado por muchas vías de agua, la bicicleta y el barco se unen a los tradicionales coche, tren y autobús. Circular en bicicleta por Holanda es fácil y accesible, y si tenemos tiempo en el viaje, es una gran opción para llegar hasta Waterland.
Los autobuses de línea y las excursiones son también buenas opciones para acercarnos al norte de la capital holandesa. La estación central es el eje desde el que parten la mayoría de transportes que nos llevan hasta allí. Una manera ideal es con el Waterland ticket, un billete de autobús de 10 euros que te permite moverte por la zona durante un día.
Sin embargo, en mi caso y por practicidad, me decidí por el coche, ya que nos da esa flexibilidad a la hora de parar en cualquier lugar inesperado fuera de guión.
El viaje es muy corto y sencillo, apenas unos 20 kilómetros desde el centro de la capital. El objetivo se sitúa al norte, cruzando la bahía del Ij que está a las espaldas de la estación central.
Visitar Waterland
La comarca a la que viajamos se llama Waterland. Son las tierras situadas al suroeste del Ijsselmeer o lago Ijssel, que baña el norte de Holanda hasta la capital del país. Unas aguas convertidas en lago artificial en 1932, cuando se cerró el dique que las unía con el Mar del Norte.
Waterland es un paisaje eminentemente rural, verde, húmedo, salpicado por cientos de canales y lagos. Es la esencia de Holanda, un país carcomido por líneas de agua como si de termitas se tratase.
Es muy interesante comprobar cómo en tan pequeño territorio se concentra esa cantidad de pueblos cerca de Ámsterdam que merece la pena visitar.
Volendam
Volendam es el lugar más turístico de toda la comarca. Un pueblo costero caracterizado por su pintoresco puerto y unas cuidadas casas de madera orientadas al mar.
El paseo al pie del agua es un lugar idílico de restaurantes y tiendas, donde podrás comprar desde cualquier souvenir, como los famosos zuecos o vestidos tradicionales, hasta productos, como unos arenques frescos o un queso procedente de la Cheese Factory. Volendam recibe miles de turistas cada año, por lo que notarás el carácter eminentemente turístico del lugar.
Edam
Pegado a Volendam, a sus espaldas, se esconde Edam, la cuna del famoso queso de bola roja holandés. Por supuesto, en Edam podrás probar este apetitoso manjar que gusta a casi todo el mundo. Su mercado del queso se celebra desde el siglo XVI y, aunque ahora es una atracción turística más, siempre es divertido de ver. Se celebra todos los miércoles en los meses de julio y agosto.
Pero Edam no es sólo queso. Podrás perderte por sus acogedoras callejuelas mientras contemplas encantadoras casas perfectamente conservadas. Edam fue una ciudad importante en la época del Siglo de Oro holandés, un próspero puerto que contaba con más de 3o muelles, hasta que Carlos V ordenó construir esclusas para evitar las inundaciones.
¡Recuerda, queso en holandés se dice kaas!
Monnickedam
Unos kilómetros más al sur se encuentra Monnickedam, una antigua villa que recibió el título de ciudad en 1355. La ciudad creció próspera gracias a la actividad portuaria y de nuevo el queso, los arenques y los astilleros centraban la economía local.
Hoy Monnickedam ofrece un paseo por un conjunto histórico de los siglos XVI y XVII, época dorada del país. La torre Speel es la joya de la ciudad, un precioso campanario del siglo XVI que guarda en su interior el carillón en funcionamiento más antiguo del mundo.
Calles empedradas, casas de cuento, canales, puentes y un puerto de lujo componen esta joya de ciudad donde el tiempo pasa despacio.
Marken
Si te sientas ante el mar en los puertos de Volendam o de Monnickendam te darás cuenta que enfrente tuyo otro pueblo emerge del mar, como si de una isla se tratase. Resulta que aquellas tierras se quedaron aisladas en el siglo XIII por la acción de las tormentas y de las aguas del lago, y no fue hasta 1953 cuando un dique les volvió a unir con la tierra firme. Es la villa de Marken.
Marken es otro ejemplo de arquitectura holandesa adaptada a las complicadas condiciones impuestas por el agua. Sus habitantes supieron sobreponerse y construir sus casas sobre montículos artificiales –werven– y postes. ¡Piérdete entre sus calles y visita el taller de zuecos del Marker Museum!
A Marken podrás ir en barco desde Volendam o en coche a través del dique.
Zaanse Schans
La última parada en este viaje por el norte de Ámsterdam será la guinda a nuestro periplo por Waterland. De vuelta a Ámsterdam por la E22, conviene desviarse a la derecha hacia la N515 y parar en Zaanse Schans, para contemplar uno de los mejores conjuntos de molinos holandeses, varios aún en funcionamiento.
La foto es de cuadro impresionista. Seis molinos alineados al pie de un río salpicados por casas de madera y rodeado de verde. Desde el puente que atraviesa el río Zaans tendrás la mejor visión del conjunto para parar antes de hacer la visita.
Zaanse Schans nos recuerda la época previa a la revolución industrial, cuando los molinos eran una de las principales herramientas de producción. Esta zona llegó a tener 600 molinos en el siglo XVII y se convirtió en la primera región industrial de Holanda.
Podrás conocer molinos aceiteros, madereros, de especias, de madera y de tintes. Además, hay diferentes museos muy interesantes, como el del chocolate o el de la panadería. También destaca la primera tienda de Albert Heijn, principal cadena de supermercados de Holanda. Todas las visitas merecen la pena.
Así, tras este día de paseo por estos pueblos cerca de Ámsterdam, podemos volver a la capital holandesa. Una excursión completísima, muy bonita y fácil de hacer.
Miguel, muchas gracias por compartir con nosotros todos tus viajes. Mi pregunta es la siguiente. Cuánto tiempo recomiendas pasar en casa pueblo? Harías noche en alguno?
Hola Nerea, gracias por tu comentario!
Como digo, es más bien una excursión de un día, ya que están cerca de Ámsterdam y muy juntos los unos de los otros. Una excursión en coche de parar, ver y arrancar al siguiente pueblo.
En un día largo (primavera-verano) se ven bien. Otra cosa es que, teniendo más tiempo, quieras recorrerlos en bicicleta, o coger algún barco por los canales o hasta Marken. Ahí sí que se puede recomendar dormir en alguno de ellos.
Pero si es solo visita-paseo, con un par de horas en cada uno es suficiente. Quizás en Zaanse Schans puedes emplear más tiempo si te paras en cada molino y en los diferentes museos.
Saludos!
Me encanta! Qué de pueblos cuquis de ver ?
Pd: sigo esperando los Châteaux de la Loire, allez vas-y!
jaja, pronto habrá algo sobre La Loire, calma!