Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia

La catedral de Svetitsjoveli, principal monumento de Mtskheta.

Una buena excursión de un día para hacer desde Tiflis es visitar la villa de Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, al norte de la capital georgiana. Son tres importantes lugares en la historia del país que nos permiten acercarnos un poco más al pasado de esta zona del Cáucaso.

Tal es la relevancia de Mtskheta que sus monumentos históricos forman parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1994. Así que toma buena nota para incluir esta excursión de un día desde Tiflis que te transportará a los orígenes del país.

La visita nos regala una bonita foto panorámica de los ríos Aragvi y Kura, que unen sus aguas precisamente aquí. Un lugar perfecto para tomar una de esas fotos que encabezarán tu galería de este viaje a Georgia.

Miskheta, antigua capital y ciudad santa de Georgia

Mtskheta hoy no es más que una pequeña localidad de 7.500 habitantes, pero en un lejano pasado llegó a ser la capital del reino de Georgia, el llamado Reino de Iberia (o Reino de Kartli), allá por los siglos III a.C y V d.C. Estamos hablando de una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo.

El Reino de Iberia fue una monarquía que ocupó buena parte del Cáucaso entre los años 302 a.C. y 537 d.C., en territorios que hoy se corresponden con Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Rusia y Turquía. Llegó incluso a estar bajo la influencia del Imperio Romano, del que formó parte durante diferentes etapas.

Mtskheta retuvo la capitalidad hasta el siglo V, cuando el rey Vakhtang la trasladó a Tiflis. Un siglo después sería la caída definitiva del reino, repartido entre Bizancio y Persia.

Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia
Puerta y murallas en Mtskheta.

Además de su importancia política y económica, Mtskheta es también uno de los principales lugares religiosos de Georgia, siendo declarado ciudad santa por la iglesia ortodoxa georgiana. Y es que fue el lugar donde se proclamó el cristianismo como religión oficial de Georgia en el año 337, lo que derivó en la llamada cristianización de Iberia del siglo IV.

La catedral de Svetitsjoveli

Precisamente, el principal monumento de Mtskheta es la catedral de Svetitsjoveli, que viene siendo la segunda iglesia más grande de Georgia tras la catedral de la Santísima Trinidad de Tiflis. Este templo se construyó entre 1010 y 1029, siendo tanto el lugar de coronación como el panteón de los reyes georgianos. Aquí están enterrados monarcas como Vakhtang o Heraclio II.

Es dar un paso hacia el interior y percibir esas impresiones tan características de las viejas iglesias ortodoxas, plagadas de frescos e iconografía que brillan pese a la tenue luz del interior. Me recordó a algunas de ellas de mi viaje por el Anillo de Oro de Rusia.

catedral de Svetitsjoveli
La catedral de Svetitsjoveli, principal monumento de Mtskheta.

Un lugar sagrado

La simbología de la catedral de Svetitsjoveli va más allá de su función de panteón real. El templo podría ser el lugar que alberga la túnica de Cristo.

Según la hagiografía georgiana, en el siglo I d. C. un judío georgiano de Mtskheta llamado Elías se encontraba en Jerusalén cuando Jesús fue crucificado. Elías compró la túnica de Jesús a un soldado romano en el Gólgota y la trajo de regreso a Georgia. Al regresar a Mtskheta, fue recibido por su hermana Sidonia quien, al tocar la Túnica, murió inmediatamente a causa de las emociones que le generaba el objeto sagrado. La túnica no se pudo quitar de sus manos muertas, por lo que fue enterrada con ella.

En la catedral se conserva el lugar donde está enterrada Sidonia supuestamente con la túnica, aunque compite con otras iglesias europeas.

Otra curiosidad de la catedral es que alberga una réplica de la capilla del Santo Sepulcro de Jerusalén. Se construyó entre los siglos XIII y XIV para elevar a Svetitsjoveli como el segundo lugar más sagrado del mundo tras Jerusalén, gracias a supuesta túnica de Cristo conservada aquí.

Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia
Interior de la catedral.

Entra y recorre la catedral con calma, observando estos elementos y fijándote en los detalles de sus característicos frescos medievales que aun sobreviven, puesto que la mayoría se fueron perdiendo con el tiempo.

La catedral se encuentra en un conjunto monumental compuesto por unas poderosas murallas defensivas del siglo XVIII.

Tras visitar la catedral, puedes dar un breve paseo por Mtskheta. No son más que un par de animadas calles de interés donde encontrarás muchos puestos de artesanía, dulces y todo tipo de recuerdos.

Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia
Las murallas, con la catedral detrás.
Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia
Mercadillo en el centro de Mtskheta.

Monasterio de Samtavro

Sin salir del centro de Mtskheta, la segunda parada de la excursión será el monasterio de Samtavro. Este pequeño complejo religioso se erige sobre el lugar donde Santa Ninó, la mujer que predicó e introdujo el cristianismo en Georgia, se paró a rezar en su viaje a Georgia en búsqueda de la Santa Túnica de Jesús.

Si bien la iglesia original fue construida en el siglo IV tras la muerte de la santa, la actual iglesia de Samtavro es del entorno del año 1130 con planta de cruz latina y cúpula.

El templo alberga la tumba de Mirian III y su esposa Nana, el rey de Iberia que estableció el cristianismo como religión oficial en Georgia.

Monasterio de Jvari

El otro lugar de interés en Mtskheta es el Monasterio de Jvari, situado en las afueras, en lo alto de una montaña desde donde se divisa una espectacular vista del encuentro de los ríos Aragvi y Kura. Jvari también forma parte de la declaración de Patrimonio de la Humanidad de los monumentos históricos de Mtskheta.

Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia
El monasterio de Jvari se sitúa en lo alto de una colina.
Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia
la unión de los ríos Aragvi y Kura junto a Mtskheta, vistos desde el monasterio de Jvari.

Esta pequeña iglesia ortodoxa se construyó entre los años 586 y 605 y es un importante centro de peregrinaje del cristianismo en Georgia. Según la tradición, fue en este lugar donde Santa Ninó erigió una gran cruz supuestamente milagrosa que atrajo a muchos peregrinos y sobre la que se construiría una primigenia iglesia de Jvari y, a finales del siglo VI, la actual.

Santa Ninó es una de las santas más veneradas de Georgia y su cruz es uno de los símbolos del cristianismo georigano. Se trata de una cruz latina con los brazos horizontales inclinados hacia abajo. Dice la leyenda que la santa soñó con la Virgen María, quien le entregó una cruz hecha de dos sarmientos de vid, lo que encendió el deseo de la santa para ir a evangelizar al reino de Iberia (hoy Georgia) con una cruz.

Así, Jvari fue ganando importancia, atrayendo a muchos peregrinos a lo largo de los siglos.

El monasterio de Jvari consta de cuatro ábsides y cuatro nichos cilíndricos, estilo habitual en el Cáucaso y modelo para futuras iglesias, y consta de dos entradas.

Jvari también forma parte de la lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco.

Mtskheta y los monasterios de Jvari y Samtavro, corazón de la historia de Georgia

¿Cómo llegar a Mtsketa?

Mtskheta se encuentra a unos 20 kilómetros al norte de Tiflis, por la carretera que conduce hacia las montañas de Kazbegi. El monasterio de Jvari y está en los alrededores de Misketa, en los montes que rodean a la localidad.

La mejor opción para llegar a Mtskheta desde Tiflis es cogiendo una marshrutka desde la estación de Didube. Salen constantemente y su precio es de apenas 2 lari (unos 70 céntimos de euro). El viaje dura unos 30 minutos. Si prefieres la comodidad de tener todo organizado con un autobús desde el centro de Tiflis, también puedes ir en tour privado a Mtskheta.

Para subir al monasterio de Jvari, la mejor opción es coger un taxi desde Mtskheta. En mi caso, lo compartí con dos personas más para repartir el gasto.

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