Suzdal, la mágica villa blanca del Anillo de Oro de Rusia

La ciudad más bonita del Anillo de Oro

Monasterio de la Intercesión de Súzdal.
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De mi viaje por el Anillo de Oro de Rusia diré que nada iguala a la pequeña Súzdal. Un pueblo monumental como monumental es el paisaje natural que lo rodea, que pasa del blanco de la nieve en invierno al más puro verde en verano.

Precisamente, visité Súzdal en verano bajo un tiempo excepcional y con una luz incomparable. Pero he visto imágenes de Súzdal nevado y es igualmente bello. Es la versión rusa del pueblito del cuento de hadas, de la ciudad hecha museo que forma parte de los llamados Monumentos Blancos de Rusia junto a su vecina Vladímir, siendo ambas dos paradas fundamentales del Anillo de Oro.

Súzdal, una ciudad repleta de historia

En la Historia, Súzdal fue capital del Principado de Rostov-Súzdal en el siglo XII y se convirtió en un importante centro religioso, un legado comprobable hoy en día por el gran número de edificios religiosos que tiene: ¡30 iglesias y 5 monasterios!

La larga y recta calle Vasil’yevskaya conduce directamente, desde la estación de autobuses donde nos ha dejado la marshrutka procedente de Vladímir, al centro de la ciudad. Nos da la bienvenida el jardín con el Memorial de la Gran Guerra Patriótica y las pequeñas iglesias de Voskresenskaya y de Kazán. A sus espaldas, la columnata de la Galería Comercial (Torgovyye Ryady) de la plaza del Comercio (Torgovaya Ploshchad), punto de encuentro en el pasado de vendedores y compradores que todavía mantiene parte de aquella esencia comercial.

mercadillo en Suzdal
Mercadillo callejero en la plaza del Comercio.

La galería se eleva sobre el meandro del río Kamenka y permite divisar la curiosa fisionomía de la ciudad. Los diferentes recintos del poder, como el Kremlin o los monasterios, se extienden a lo largo y ancho de los campos que rodean el casco urbano. Me llevo una buena primera impresión desde este punto.

Súzdal es perfecta para recorrer a pie y descubrir cada uno de sus característicos monumentos. Partimos desde el Kremlin, en el sur, para luego continuar por la calle Lenin, arteria principal de la ciudad, y cruzar el río por el norte del casco urbano, junto al monasterio del Salvador y San Eutimio, y finalmente cubrir el lado más occidental.

Kremlin de Súzdal

Es indispensable visitar el Kremlin de Súzdal, el centro del poder de la ciudad, un enorme recinto del siglo XI encajonado en el meandro del río Kamenka y que alberga la catedral de la Natividad de la Virgen, fundada en 1220, que se caracteriza por sus cúpulas azules, las puertas doradas y los notables frescos del interior.

Podemos recorrer con tranquilidad el interior del Kremlin, donde descubriremos también dos curiosas iglesias de madera, la de San Nicolás y la de San Juan Bautista, ambas del siglo XVIII. Nos encontramos con otros edificios, como la Galería de los Arqueros o el edificio arzobispal.

Suzdal Anillo de Oro
El ambiente bucólico y rural de Suzdal, salpicado por las iglesias.

Suzdal, la mágica villa blanca del Anillo de Oro de Rusia

interior del Kremlin de Suzdal
Interior del Kremlin de Suzdal.

Siguiendo la calle Lenin hacia el norte, alcanzamos el resto de monumentos y sitios religiosos de esta maravillosa ciudad. El primero, el Monasterio de la Deposición de la Túnica Sagrada, que cuenta con la torre más alta de Suzdal, el campanario (72 metros), y la catedral de la Deposición. Frente a este conjunto, la estatua de Lenin, siempre presente en las ciudades rusas.

Un poco más adelante descubrimos la iglesia de Nuestra Señora de Smolensk, de finales del XVII, un ejemplo más de los monumentos blancos.

Iglesia de Nuestra Señora de Smolensk en Suzdal
La iglesia de Nuestra Señora de Smolensk.

Monasterio del Salvador y de San Eutimio

Pero, sin duda, la otra joya de Súzdal es el Monasterio del Salvador y de San Eutimio, en el extremo norte de la calle Lenin. Parece una fortaleza. Sus muros lo encierran entre el río Kamenka y la calle Lenin, una vasta empalizada de 1.200 metros de longitud, nueve metros de altura y 12 torres que dan a entender la importancia que tuvo tiempo atrás, protegido frente a cualquier invasión tártara.

Este monasterio fue fundado en el siglo XIV y vivió su gran expansión en los siglos XVI y XVII, gracias al apoyo de nobles y comerciantes. Sus interiores esconden diferentes edificios que forman parte de la historia de Súzdal. Uno de los más llamativos es la catedral de la Transfiguración (s. XVI), con sus siete cúpulas y que ofrece un concierto de carillón cada 90 minutos. Merece la pena conocer los frescos que decoran el interior de la catedral, que datan de 1689.

El recinto acoge las iglesias de la Anunciación, de la Asunción y de San Nicolás, tres notables ejemplos de la arquitectura de la religión ortodoxa. También ha llegado hasta nuestros días la antigua prisión de 1764, época de Catalina la Grande, por la que pasaban disidentes religiosos y que fue reutilizada durante el período soviético. Entre sus presos más famosos, el economista ruso Nikolái Kondrátiev, crítico con las colectivizaciones de Stalin, y el mariscal nazi Friedrich Paulus, que fracasó al mando en la batalla de Stalingrado.

Entrada al monasterio de San Eutimio
Entrada al monasterio del Salvador y San Eutimio.
Exterior de la muralla del monasterio del Salvador
Exterior de la muralla del monasterio del Salvador.
Catedral de la Transfiguración del Salvador en Suzdal
La Catedral de la Transfiguración del Salvador.

Suzdal, la mágica villa blanca del Anillo de Oro de Rusia

Salimos por el exterior de los muros del monasterio para recorrer su perímetro y dirigirnos al río Kamenka para cruzar el puente de madera que nos une con este lado de la ciudad. Allí espera el monasterio de la Intercesión, otro tremendo conjunto monumental caracterizado por sus murallas blancas. Este monasterio fue fundado en 1364 y tuvo función como lugar de exilio para las mujeres rechazadas por los zares.

Tras esta última visita, continuamos hacia el sur para cruzar el río a través del siguiente puente y volver así al centro de Súzdal.

Suzdal monasterio de la Intercesión
Monasterio de la Intercesión de Súzdal.

Comer y dormir en Súzdal

Al tener ese carácter eminentemente rural, dormir en Súzdal es una magnífica oportunidad para hacerlo en algún tipo de casa o alojamiento privado, donde poder conocer un poco más a la gente y probar un desayuno casero. En mi caso, me quedé en Petel, una especie de casa rural donde la propietaria hace lo imposible para hacerse entender sin hablar ni una palabra de inglés, facilitarte un humilde mapa, unas indicaciones y cualquier otra necesidad. ¡Nada como comunicarse con gestos y ruidos!

En Súzdal también puedes probar el hidromiel (medovuja) que se fabrica en la ciudad desde siglos atrás. Hay varios establecimientos para catarlo. En mi caso, paré en Miel Boyarsky (Boyarskiy Med), junto al Memorial de la Segunda Guerra Mundial, donde pude disfrutar de una potente cena casera que me hizo sudar a los pocos minutos de probar bocado. Muy recomendable. Confesaré que llegué un poco constipado por los cambios de temperatura y que entre la sopa borsch y un mejunge que me preparó la dueña, salí de allí en mucho mejor estado.

suzdal restaurante hidromiel
El restaurante Miel Boyarsky (Boyarskiy Med).

Cómo llegar a Súzdal

Súzdal está fuera de la red de ferrocarril, por lo que la mejor manera de llegar es cogiendo alguna de las marshrutkas que conectan desde las ciudades con estación de tren. En mi caso lo hice desde Vladímir, que por su cercanía y pertenencia al Anillo de Oro era la mejor opción. El furgón sale de la estación de Vladímir, donde puedes adquirir el billete sin problema. No esperes ni un autobús de última generación ni carreteras amplias y rectas. ¡Estás en el interior de Rusia!

La marshrutka hace parada en la estación de autobuses de Súzdal, en las afueras de la ciudad. Desde allí puedes ir caminando hasta el centro (20 minutos caminando) o coger un taxi. Sé que hay algunas que también hacen parada en el centro.

Como ves, el patrimonio de Súzdal es inmenso y tu visita dependerá de cuánto quieras adentrarte en la cultura e historia rusas. Tras visitar Súzdal, continué mi periplo por el Anillo de Oro hacia la ciudad de Yaroslavl, cogiendo primero una marshrutka en dirección a Ivánovo para desde allí coger el tren. rumbo a Yaroslavl.