Son los mariscales de la costa europea, señores del mar que se alzan impertérritos ante un paisaje inigualable. Europa tiene grandes y espectaculares acantilados en sus costas. A continuación descubrirás mis favoritos, los más increíbles, lugares llenos de magia donde la batería de tu cámara será la única víctima.
En este post descubrirás...
Acantilados de Herbeira (España)
Una de esas partes de la Galicia más escondida y alejada del mundanal ruido. Los acantilados de Herbeira son los más altos de la Europa continental. Estos gigantes se elevan hasta los 620 metros de altura sobre el batiente mar, en un lugar muchas veces inhóspito por la bravura de los vientos que allí soplan. La garita Vixía da Herbeira hace honor a su nombre, como el único resguardo posible en la plataforma del acantilado. Este muro atlántico forma parte de la Sierra de la Capelada. Aquí murió Leslie Howard, protagonista de Lo que el viento se llevó, abatido por varios aviones alemanes en 1943.
Muy cerca de allí, pero abajo, casi a pie del mar, se esconde una de las aldeas de la Galicia mágica, San Andrés de Teixido. Un pequeño santuario de peregrinaje del que se sabe desde el siglo XII. Dice la sabiduría popular que a Teixido «vai de morto que non foi de vivo» (va de muerto quien no fue de vivo). Ve, por si acaso, y aprovecha para beber de la fuente de los tres caños tras pedir un deseo y tira al agua un trozo de pan. Si flota, se te concederá. Ya de paso, compra un ‘sanandresiño’, una tradicional figura hecha con miga de pan.
¿Cómo llegar a los acantilados de Herbeira?
Los acantilados de Herbeira se encuentran entre las localidades de Cedeira y de Cariño, al norte de la provincia de A Coruña, en la llamada Costa Ártabra. La ciudad de Ferrol puede ser tu referencia para llegar allí, tanto en avión a los aeropuertos de Santiago o de A Coruña, como en coche, a través de la A-6 o de la A-8. La carretera que pasa por los acantilados es la DP-2205.
Acantilados de Moher (Irlanda)
Los acantilados de Moher constituyen el lugar más conocido de Irlanda, junto a Dublín. Están en la costa oeste, en el condado de Clare, y son parada obligada en cualquier viaje por la isla esmeralda. Alcanzan los 214 metros sobre el nivel del mar, una cifra no muy elevada comparada con otros gigantes. Sin embargo, la magia de Moher no tiene parangón entre los acantilados europeos.
Tu mirada estará apuntando a América cuando te encuentres sobre la muy acotada ruta. Fui dos veces y recuerdo un viento atroz allí arriba. Difícil moverse, imposible salirse. Pero sí unas fotos únicas en un horizonte vertical mágico. Una pequeña capilla nos recuerda a la entrada que allí han acudido muchos a despedirse del mundo, e invita a entrar a los interesados para que se lo piensen dos veces. Otro golpe frío a la mística del lugar. Ya más resguardado, un magnífico centro de interpretación nos ayuda a conocer mejor la costa irlandesa.
¿Cómo llegar a Moher?
Si vas a Irlanda, muy posiblemente vueles a Dublín. En ese caso tendrás que viajar a través de la M6 (vía Galway) o la M7 (vía Limerick), en un viaje superior a tres horas. Irlanda no se caracteriza por tener buenas infraestructuras viarias más allá de la capital. Moher está en la costa oeste, entre Galway y Limerick, frente a las islas Aran. Si volar a Dublín no es prioritario, existe otra opción con el aeropuerto de Shannon, donde Air Lingus y Ryanair conectan con varias ciudades españolas. Shannon está a apenas una hora de Moher y unos 30 minutos de Limerick.
Dover y Seven Sisters (Reino Unido)
Son testigos de la historia europea. La costa meridional de Inglaterra ha presenciado batallas y escaramuzas, desde incursiones napoleónicas hasta la Segunda Guerra Mundial. Su inconfundible color blanco de la caliza de creta ilumina y avisa cómo la isla británica se muestra imponente al continente. En Dover, antigua puerta de entrada y salida con Europa, hoy en decadencia debido al Eurostar, las paredes blancas nos recuerdan por qué esta isla fue tan pocas veces conquistada.
Hoy en Dover puedes coger un barco que te lleva mar adentro para admirar los acantilados desde la distancia. La altura de los mismos alcanza los 106 metros y nos permite divisar la costa de Calais, en Francia. Estamos en el punto más estrecho del Canal de la Mancha, un lugar simbólico. Muy atractivo para quienes pretendían conquistar, pero protector para los británicos por su dificultad.
Unos kilómetros más al oeste, entre Brighton e Eastbourne, se encuentra el parque natural de Seven Sisters, otro conjunto de acantilados blancos mundialmente conocidos. Se extienden a lo largo de 9 kilómetros en su parte más famosa, entre Eastbourne y el Cuckmere Haven, y son muy populares entre los británicos. Recorrerlos de punta a punta es un sinfín de subidas y bajadas que termina cargando las piernas.
Por último, si quieres poner la guinda a tu viaje por los acantilados blancos ingleses, visita el Durdle Door, un curioso arco de caliza sobre el mar. Está algo más al oeste, en el condado de Dorset.
¿Cómo llegar a Dover y Seven Sisters?
La cercanía de Londres hace que llegar a esta parte de la costa inglesa sea muy sencillo, con numerosos trenes que parten de varias estaciones londinenses. En el caso de Seven Sisters, lo ideal es viajar en tren a Brighton, principal ciudad de la zona, y luego coger un autobús que nos acerque un poco al parque. En el caso de viajar en coche, la M20 va directa al Canal de la Mancha, mientras que la M23 nos lleva hacia Brighton. Plantéate alquilar un coche para recorrer toda esta zona de la costa inglesa.
Étretat (Francia)
Étretat es una pequeña localidad francesa en plena costa de Normandía, cuyos acantilados han sido y son objetivo de pintores y fotógrafos durante décadas. La belleza del lugar ha sido reproducida fielmente por artistas como Courbet, Matisse y sobre todo Monet, éste último con cuadros como ‘Étretat, l’aiguille et la falaise‘ o ‘Coucher de soleil à Étretat‘. Como si el Canal de la Mancha no existiese, la costa de Étretat es como el espejo impresionista de su vecina de enfrente. Acantilados blancos sobre el mar con un tapete verde encima y suaves playas intercaladas en la base.
Los símbolos de Étretat son L’Arche et l’Aiguille (‘el arco y la aguja’), aunque también son populares La Manneporte o La falaise d’Amont. En conjunto forman un teatro único frente al mar, aderezado por la tradicional perfección de los pueblos franceses. La época romántica encontró aquí una gran fuente de inspiración para pintores, músicos, escritores y cineastas. Esta costa, llamada Côte d’Albâtre, fue eje del turismo de época de finales del XIX y principios del XX. Llegaba la Belle Époque, con balnearios, casinos, villas y palacios salpicando la costa francesa, en localidades como Étretat, Honfleur, Trouville o la archiconocida Deauville.
Pero un viaje para conocer estos acantilados de caliza creta queda incompleto si no recorremos un poco más la costa y exploramos las famosas playas del Desembarco de Normandía y el inolvidable Mont Saint-Michel, quizás el lugar más mágico de Francia.
¿Cómo llegar a Étretat?
Étretat está cerca de dos grandes ciudades normandas como Le Havre y Rouen, al noroeste de París. La capital francesa está a menos de tres horas de coche y además numerosos trenes se acercan a localidades vecinas. El TER de Normandía (tren regional) cubre muy bien la región y puede ser la alternativa al transporte privado. Aún así, un viaje en coche por Normandía merece mucho la pena.
Preikestolen, El Púlpito (Noruega)
Es el mirador de los miradores, el lugar más famoso de los fiordos noruegos, el hito de cuantas excursiones se pueden hacer en Noruega. El Preikestolen es ese púlpito desde el que hablar al país nórdico y entender la grandiosidad de los fiordos.
Es apenas un poco más bajo (604 metros) que los acantilados de Herbeira, pero su situación en pleno fiordo Lysefjord ofrece una visión muy diferente. Lo que en Herbeira es mar, aquí son montañas, solo cortadas por un machetazo de agua que conduce al mar. Si vas, además de jugar a colgarte del borde del Púlpito, recuerda subir un poco más arriba. Allí podrás admirar el Preikestolen desde fuera con el fiordo detrás.
La roca en sí mide unos 25×25 metros y algún día cederá. La leyenda dice que lo hará cuando siete hermanos se casen con siete hermanas. ¿Es quizás el mirador más bonito del mundo?
¿Cómo llegar al Preikestolen?
Stavanger es la ciudad de referencia para visitar el Preikestolen, al suroeste de Noruega. Además esta ciudad cuenta con el segundo aeropuerto del país. Desde allí parten numerosas excursiones hacia el Lysefjord, o fiordo de la luz. Tras media hora de barco hasta Tau, un autobús te conducirá a Preikestolhytta, donde empieza el ascenso a pie a la roca. Son dos horas de subida (ojo, no es un paseo) con algunos tramos exigentes sobre piedras. Por suerte, el premio es de tal calibre que cualquier esfuerzo será pequeño.
Hay muchos más espectaculares acantilados en Europa. ¿Cuáles son tus favoritos? ¡Espero tus comentarios!
Dignos de ver
¡Menudos paisajes! Me han gustado muchísimo, aunque sobretodo el de Galicia, que es el que tengo más cerquita. La verdad que hay rincones en el mundo que merecen ser contados, así que muchas gracias por acercarnos otros lugares más que podamos ir apuntando a la lista de pendientes 😉 Un abrazo
Pues sí, no hay que irse muy lejos para encontrar lugares de récord, como los acantilados más altos de Europa. Gracias por seguirme Silvia!
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