Navafría, un rincón escandinavo a una hora de Madrid

Base de la estación de Navafría, en pleno puerto. Foto: Navafriaesqui.com
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El esquí nórdico tiene también su sitio en el Sistema Central. A apenas una hora de Madrid por la A-1 se encuentra el Puerto de Navafría, en el límite con la provincia de Segovia. Allí, en pleno Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, se esconde la pequeña estación de esquí nórdico de Navafría, desapercibida para muchos, pero que ofrece una gran oportunidad para aprender esta modalidad del deporte blanco.

Actualización diciembre 2020: lamentablemente, el centro de esquí nórdico de Navafría ha parado su actividad de manera definitiva. El cierre fue comunicado en noviembre de 2020.

Así, a golpe de sábado y tras varios días de nevadas, la curiosidad nos lleva a Navafría para conocer y aprender una práctica vital para muchos escandinavos. En los lugares donde la nieve se convierte en parte del paisaje y de las ciudades, el esquí nórdico es habitual para desplazarse entre lugares llanos o con poca pendiente.

Navacerrada, Valdesquí y La Pinilla se llevan la fama del esquí en las cercanías de Madrid, pero estas históricas estaciones son de esquí alpino, el que todos conocemos en España, basado en el descenso de montañas. Sin embargo, un poco más al norte siguiendo la sierra madrileña, la Estación de Navafría hace méritos cada invierno para abrir sus 33 kilómetros de pistas el máximo número de días al año. Y el trabajo del equipo da sus frutos: para nuestra visita tenemos 4 de 6 pistas abiertas con 22 kilómetros totales de nieve dura/primavera.

Esquí nórdico: diferencias con el alpino

Si habías esquiado (alpino) anteriormente, olvídate de todo eso. Mis primeras conclusiones tras este bautizo nórdico es que esto poco tiene que ver con el esquí que practicamos habitualmente cada invierno, lo que me enciende aún más la curiosidad para probarlo.

¿Es duro? Lo es como cualquier deporte que practicas por primera vez. Seguramente a un nivel profesional es muy duro, pero no estamos en esa fase. Así que no digas que no te animas a probarlo porque crees que vas a salir exhausto.

Los esquís son más ligeros y estrechos, con la llamada piel de foca en la parte central; los bastones son más largos; las botas son tipo botín y llevan sujeción solo delantera, nada que ver con la rigidez de las botas de esquí alpino. Además las exigencias de ropa son diferentes. Olvídate de los abrigos y pantalones del alpino y busca algo más cómodo, tipo chaquetas softshell y pantalones de senderismo de invierno o mallas térmicas. ¡Vas a sudar mucho!

Al ser un desplazamiento por lugares de escasa pendiente y a menores velocidades, la seguridad es a priori mayor que en el esquí alpino. Una caída no supone gran problema y hay un riesgo mínimo.

refugio navafria
Uno de los refugios que hay en pistas.

Clases de esquí nórdico

Subimos a Navafría con todo reservado: forfait, alquiler y dos horas de clase particular. El precio es muy interesante para tratarse de una jornada de esquí con profesor. Un gran plan para un sábado soleado en la montaña.

Tras los indispensables estiramientos, llegan los primeros ejercicios. Sobre los carriles de nieve intentamos desplazarnos deslizando cada esquí. La posición del cuerpo es fundamental, con las rodillas bien flexionadas y el equilibrio bien cogido. Tras varias repeticiones y varios trucos con y sin bastones, empezamos a notar la evolución.

Llama la atención la sensación de poder avanzar en una pendiente ascendente, algo muy complicado en el esquí alpino. Aquí el remonte eres tú. ¡Qué fácil es subir!

Sin embargo, hacer la fundamental cuña para frenar en bajada no es tan fácil. La maniobra exige trabajar bien la flexión de rodillas y tobillos para lograr parar. Empieza a salir poco a poco, a base de muchas repeticiones en una pequeña pendiente. Resulta frustrante a la vez que gracioso el ser incapaz de hacer la cuña, cuando hace años que aprendiste a hacerla en esquí alpino.

Trato muy cercano

Desde que uno llega a Navafría comprueba que el trato es muy directo y personal. A veces, los lugares pequeños son mejores precisamente por estas cosas. Un pequeño refugio es la única infraestructura donde el personal atiende forfait, alquiler y encuentro con profesores. Todo muy sencillo y práctico para aprovechar el tiempo.

Tanto el personal de la base como los profesores nos atienden con exquisito cariño y cercanía, al igual que al resto de público entre el que se encontraba un grupo de alemanes. Se nota que una de las claves de la empresa es agradar y dejar un buen recuerdo. El reto no es fácil: competir frente al popular esquí alpino y contra las masificadas estaciones de esquí.

pista navafria
Una de las pistas azules de Navafría, con los carriles de nieve.

Pero Navafría tiene su espacio ganado en el Sistema Central y ofrece un gran potencial de futuro para el centro de la Península. Sin duda, si los inviernos son benévolos, supone un revulsivo para las siempre débiles economías del rural y de montaña.

Características de Navafría

En su décimo aniversario (la estación se creó en 2007), Navafría cuenta con 33 kilómetros esquiables de pistas de fondo, con cotas que van desde los 1.690 hasta los 2.040 metros:

  • Pistas azules: Mirador (7 km) y Regajohondo (4,6 km)
  • Pistas verdes: Navalcollado (2 km)
  • Pista azul/roja: Gallinero (8,7 km)
  • Pistas negras: Picardeñas (1,7 km) y Colladillos (9 km)

 

En este reportaje de Lugares de Nieve, encontrarás más detalles sobre las pistas de Navafría.

Además, la estación organiza más actividades, como rutas con raquetas, nordic walking y rollerski, para aprovechar el entorno durante todo el año. Los recorridos para raquetas ascienden hasta los 2.209 metros del pico Nevero, la cima más alta del dominio. Incluso organizan salidas en las noches de luna llena, una experiencia que debe ser espectacular. Consulta la página web de Navafría para más información.

Cómo llegar a Navafría

Para subir, la mejor opción es dejar el coche aparcado en Lozoya (desde Madrid) o en Aldealengua de Pedraza (desde Segovia), y coger el Esquibus desde una de estas localidades. El aparcamiento en Navafría es muy limitado (apenas unas plazas) y te obligaría a estar muy temprano para poder dejar el coche.

Nosotros optamos por aparcar en Lozoya a las 8.30, tomar un café y coger el Esquibus que sube a las 9. Es recomendable reservar las plazas a través de internet al menos 48 horas antes. Si vas, una vez arriba recuerda reservar tu plaza para el viaje de vuelta. El último servicio de bajada es a las 4 de la tarde.

Navafría nos ofrece un plan deportivo y de montaña diferente a los demás. Una experiencia nueva de cuyo esfuerzo sales con una sensación de recompensa. Es sin duda una genial opción para uno de esos días de vacaciones pendientes que no sabes dónde encajar. Os dejo con un vídeo para más detalles.

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