El lago Ohrid es una de las joyas ocultas en el interior de los Balcanes. Frontera natural entre Albania y Macedonia, este mar interior es un auténtico remanso de paz, tranquilidad y algunas píldoras de patrimonio histórico verdaderamente espectaculares.
Se trata del lago más antiguo de Europa, uno de los más profundos (300 metros) y con una longitud de 32 kilómetros. Un lugar tremendamente popular en verano, con preciosas iglesias y largas playas en su ribera, y rodeado por montañas que sobrepasan los 2.000 metros de altitud. Un entorno declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1979.
En la orilla macedonia del lago se encuentra la homónima ciudad de Ohrid (Ócrida, en castellano), una de esas localidades románticas tan típicas de los grandes lagos de Europa. Vivir el atardecer a los pies del agua y pasear de noche por las callejuelas son razones suficientes para pernoctar un día allí.
Dice la guía Lonely Planet que «si no has visto Ohrid, no has visto Macedonia». Recuérdalo.
En este post descubrirás...
El lago Ohrid, entre Macedonia y Albania
¿Cómo llegar a Ohrid?
Llegamos a la ciudad de Ohrid en bus desde Tirana, la capital de Albania. Atrás quedaba ya nuestro viaje por Albania y afrontábamos el segundo país de nuestro plan balcánico (Albania, Macedonia y Kosovo).
El viaje de Tirana a Ohrid fue largo (más de cinco horas) y un tanto pesado. Como puedes imaginar, las carreteras son las que son y el autobús tenía sus limitaciones para un viaje así. Tenía algún equipamiento en alemán, lo que nos hizo pensar que se trataba de un vehículo de segunda mano de los que veíamos por nuestras carreteras 20 años atrás.
Por suerte, hubo un descanso a mitad de camino con el tiempo suficiente para tomar un tentempié e ir al baño.
Uno de los lastres del viaje fue el paso de la frontera de Albania a Macedonia. Como sabes, estamos fuera de la Unión Europea y del espacio Schengen, lo que nos obliga a enseñarlo todo. En este caso, nos metieron directamente a una especie de garaje donde inspeccionaron el autobús y nos hicieron bajar para revisar nuestros equipajes. Un trámite en el que perdimos más de una hora aunque ya contábamos con ello y forma parte de la experiencia, tan poco habitual ya en Europa.
Curiosamente, en nuestro paso de Macedonia a Kosovo no hubo tal chequeo. Apenas una revisión de pasaportes.
El lago Ohrid se encuentra al este de Albania y en suroeste de Macedonia. No hay trenes, pero sí un pequeño aeropuerto en el lado macedonio con unas pocas rutas estacionales, sobre todo de Wizzair. Encontrarás autobuses diarios tanto desde Tirana como desde Skopje.
Qué ver en Ohrid
Lo ideal es recorrer el lago entero, pero eso exige tiempo e, idealmente, un coche. Hay lugares de interés en todo el perímetro, iglesias, pueblos y playas, e incluso la posibilidad de atravesarlo en barco.
Así que nos ceñimos a Ohrid ciudad, que ya ofrece suficientes atractivos para pasar un día entero allí.
La ciudad vive a la orilla del lago. Cuenta con un largo paseo al pie del agua que conduce al viejo Ohrid y donde vale la pena caminar. En el transcurso, algunos aprovechan para darse un baño y varios marineros se afanan para ofrecer un viaje en barco por un módico precio.
Al fondo del paseo se percibe el casco histórico de la ciudad, comandado por el castillo sobre el clásico promontorio junto al agua. Se percibe el carácter defensivo del lugar, cuyos orígenes se remontan al siglo IV antes de Cristo, la Lychnidos (ciudad de luz) de la antigua Grecia. Por aquí pasaba la Vía Egnatia, la ruta romana que unía el mar Adriático (desde la ciudad de Apolonia), con Bizancio.
Una buena opción para recorrer Ohrid es subir al castillo y luego continuar siguiendo el tour indicado tanto en las calles como en muchas guías. Nos llevará por las principales iglesias hasta descender al nivel del agua, en el mágico rincón de Kaneo que aparece en todas las postales.
Castillo de Car Samoil
Decidimos comenzar la visita por el castillo del zar Samuel, emperador del Primer Imperio Búlgaro en el siglo X. Ascendemos por alguna de las empinadas calles que nos conducen hasta la fortaleza, donde la Gorna Porta nos da la bienvenida.
Por apenas 30 dinares (0,50 euros) podremos conocer el castillo, que conservan sus imponentes murallas desde donde hay unas preciosas vistas del lago. El interior del castillo está vacío, apenas algunas ruinas dejan el rastro del pasado.
Sitio arqueológico e iglesias
La salida del castillo nos conduce a seguir hacia el siguiente hito en el walking tour del viejo Ohrid: el sitio arqueológico de Plaošnik. Cuenta con ruinas de mansiones, tumbas y varias construcciones de carácter religioso, un lugar que ya existía en los primeros tiempos de la cristiandad.
El templo más destacado es el monasterio de San Clemente y San Pantaleón, construido por el propio santo en el año 893. De un precioso estilo ortodoxo, este monasterio tuvo también su función académica, siendo el lugar donde se enseñó por primera vez el alfabeto glagolítico. En la cripta reposan los restos y las reliquias de San Clemente.
El monasterio, y el propio Plaošnik, forman el lugar más sagrado de toda Macedonia. En el exterior, las ruinas del antiguo baptisterio nos ofrecen bellísimos mosaicos de los siglos IV al VI, con curiosos detalles como esvásticas.
Las excavaciones, investigaciones y mejoras continúan en Plaošnik, que apunta a convertirse en un área arqueológica espectacular en el futuro.
El atardecer en Ohrid desde San Juan Kaneo
Avanzamos en el recorrido. La magia de la casualidad hizo que pasáramos por el lugar idóneo en el momento oportuno. Varios fotógrafos corrían con sus equipos dirigiéndose hacia un punto elevado. Algo sucede. Es la iglesia de San Juan Kaneo. Según nos acercábamos, entendimos qué pasaba. El lugar se conoce más por el entorno que por la iglesia en sí. Y es que la estampa es perfecta.
La nube de fotógrafos no se inmuta desde sus respectivas posiciones. Y es que el atardecer pasa en cuestión de minutos y permanecer en el pequeño alto tras la iglesia es fundamental para conseguir la foto perfecta. Parece que está hecho a propósito. Realmente la bohemia del momento merece la pena.
La iglesia de San Juan Kaneo también es ortodoxa, de planta cruciforme y previa a la llegada del Imperio Otomano a la zona, probablemente del siglo XIII.
Continuando el camino, ya a orillas del lago, hay algún que otro restaurante. Un lugar perfecto donde hacer una pausa, probar una cerveza local, mientras vemos cómo cae la noche al pie del agua.
Desde aquí, el paseo nos devolverá al centro de Ohrid. Al paso, callejuelas, rincones, casas de pescadores… Pinceladas todas ellas a la vera del lago que nos hacen entender la importancia histórica de este barrio. Nos encontramos también con la iglesia de Santa Sofía, catedral de Ohrid, otro símbolo del patrimonio macedonio. Sus orígenes se sitúan entre los siglos IX y XI, fue mezquita durante la época otomana, y en su interior conserva unos impresionantes frescos de los siglos XI a XIII que te impactarán.
Llegó la noche y Ohrid se enciende, tanto en los originales farolitos que cuelgan de las calles, como en la vida de la gente. La zona más cercana al puerto y a la avenida principal se llena de vida, con animación en tiendas y terrazas. Venimos de una semana en Albania y aquí se nota otro aire, otro nivel de vida, un turismo mucho más centroeuropeo.
Recomendaciones en Ohrid
Comer en Ohrid
Conocimos dos restaurantes muy populares en Ohrid.
- Restaurante Antico (Car Samoil 30) está reconocido como uno de los mejores de la ciudad. Muy recomendable, con una amplísima carta de carnes y pescados a precios muy moderados.
- Pizzería Leonardo (Car Samoil, 33): toda una institución en Ohrid. No estamos en Italia, pero tanto Albania como Macedonia tienen también una gran cultura de pizza.
Muy bueno Miguel, habrá que ir pensando en editar un primer volumen de Tintineando, a la antigua, en papel.
Un abrazo